jueves, 15 de julio de 2010

capitulo 23





 

 




Marcos está triste.
--No vino... No vino...
Tiene miedo que Álex no crea en él:
--¿y si me deja?¿y si no logro salvarlo del mar?
La pasión de Octavio y la mirada de Álex lo tienen fascinado. No imagina que son dos personalidades diferentes. Por primera vez en su vida tiene algo claro y quiere luchar por lo que desea:
--¡¡te voy a salvar aunque sea de ti mismo¡¡
Justo al salir de la casa una voz le penetra muy dentro:
--¿¿dónde vas?
Es la voz grave de Octavio. Marcos se gira estremeciéndose:
--Álex, mi amor...
A Marcos le sorprende encontrarse con esa mirada tan dura. Cuando estuvo con Álex no se dio cuenta pero ahora sí, ahora sí echa en falta la ternura de Álex. Octavio se muestra todo lo dulce que puede:
--¿¿qué te ocurre?
--Tu mirada es...
Octavio se da prisa, lo acaricia y Marcos se derrite. Pese a la crueldad de su mirada, la extrema belleza de Álex tiene loco a Marcos y cae a sus pies.
--¿vamos a tu cuarto? --pregunta Octavio seductor.
Marcos quiere hablar con él pero se deja llevar y hacen el amor como bestias... Octavio lo menos que quiere es hablar con Marcos aunque sabe que es preciso... Octavio se va quedando dormido. Marcos apoyado en su pecho le dice:
--¿será que podemos hablar?
Marcos está muy excitado. Como no lo está mirando a los ojos ha olvidado la dureza de la mirada de Octavio. Se siente feliz porque tiene el cuerpo que le gusta y pensando en la ternura de Álex ya todo es perfecto. Sólo falla que aunque los ojos de Álex hay ternura lo rechaza.
--¿¿qué quieres? --dice Octavio que se esfuerza en mostrarse contento.
--esta mañana me trataste feo... Creí que no ibas a volver...
Octavio le va a acariciando la cabeza. Marcos besa el fornido pecho de él. Octavio ha tenido tiempo de pensar una excusa.
--el mar me controla... el yo del día no creeré en ti.
Octavio hace que lo mire, le pone las manos en las mejillas y trata de trasmitirle toda la dulzura que su dureza le permite:
--¿no me quieres?¿no quieres luchar por mí?
Marcos lo desea y siente una gran necesidad de amarlo y de ser amado por él:
--daría mi vida por ti...
Octavio sonríe, Marcos no ve la ambición y la maldad de su mirada. Octavio se muestra tímido:
--tienes que luchar para salvarme...
Marcos lo mira desesperado:
--¿¿pero cómo? ¡¡tú tú del día no me deja¡¡
Octavio le pone la mano en el pecho con una ternura que no siente:
--eso te lo tiene que decir tu corazón...
Marcos le pone su mano sobre la de él:
--¿y cómo le hago? Yo haría lo que fuera pero ¿¿cómo retenerte?
Los ojos de Octavio brillan pero tiene que hacer como si no le gustara pedir lo que le está pidiendo:
--hay una manera...
--¿¿cual dime? ¡¡yo la hago...¡
Octavio se incorpora en la cama. Se sienta con los pies en el piso. Le da la espalda.
--No, olvidalo... No te puedo pedir eso...
Marcos abraza con desesperación:
--¡¡no, pídeme lo que sea...¡¡ ¡¡has sido el primer hombre en mi vida... el único...¡¡ ¡¡daría todo lo que tengo por ti¡¡
Como Marcos no lo ve, Octavio tiene la mirada llena de odio. Sonríe burlón.
--me da pena contigo... --dice con una preocupación y una sonrisa en los labios.
Marcos está muy abrazado a él:
--pídeme mi vida y te la doy...
Octavio le besa la mano y con la mirada de burla le dice:
--tu vida no me sirve de nada pero si me cedieras la mitad de tu bienes...
Marcos no lo duda:
--son tuyos...
Octavio lo mira incrédulo, no puede creer que todo sea tan fácil, que Marcos se tan tonto.
--¿hablas en serio? No quiero que pienses que te quiero engañar pero es que si yo soy el dueño de todo o de la mitad, en el día no te podré rechazar, tendré que aceptar el amor que me das...
Marcos piensa en uno segundos, a Octavio sólo por el placer de la carne le daría sin problemas la mitad pero la mirada de Álex le ha dado confianza y le dice:
--te lo cedo todo...
Octavio lo mira perplejo. No esperaba que todo fuera tan fácil:
--¿¿¡¡cómo?¡
Marcos sonríe. Cree que la sorpresa de Octavio es porque no le interesa. Cree ciegamente en él, en su hechizo del mar. Lo acaricia:
--si mi dinero te ayuda, lo pongo todo en tus manos, así no me podrás rechazar...
Ni de Marcos que lo considera tonto pensó que hiciera algo así, que fuera tan fácil sacarle lo que es suyo. Hasta le parece que pierde la gracia.
--si su abuelo levantara la cabeza... Toda la fortuna que él me robó, todo ese dinero bañado en sangre... devuelto a su legítimo heredero por unos cuantos polvos... --dice para sí.
Sus ojos brillan:
--estás seguro? --le pregunta para que no sospeche de sus intenciones.
Marcos lo acaricia. Lo besa. Le parece un sueño todo lo que está viviendo:
--a mí el dinero nunca me importo... me importas tú...
Octavio lo abraza con una falsa gratitud y le dice:
--te juro que cuando se rompa el hechizo te lo devolveré todo...
--no hace falta, además espero que después estemos juntos así que dará igual...
Octavio le pone las manos en las mejillas y dice:
--¿estás seguro?
Con una sonrisa Marcos le dice:
--Nunca estuve tan seguro antes...
Octavio lo abraza:
--¡me estás salvando la vida...¡
Marcos aferrado a él le dice:
--eres tú el que me la estás salvando a mí...
Octavio tiene que hacer un gran esfuerzo para controlar su odio, su desprecio, su sed de venganza para mostrarse cariñoso:
--pero me tienes que hacer un favor... No le digas nada de esto a nadie y ni siquiera a Álex...
Marcos lo mira sorprendido:
--¿hablas de ti mismo como si fueras dos?
--bueno, tú sabes que en el fondo lo somos... Álex está bajo el hechizo, no es el verdadero yo...
Aunque no se lo dice, Marcos piensa que es una pena porque la mirada de Álex lo llena de paz. Aunque confía que cuando pase lo del hechizo todo esté bien a Marcos no le gustaría perder esa mirada.
--¿y cómo le hacemos?
--Es posible que él, digo el yo que no es el que vale, ni siquiera te vuelva a buscar... en todo caso tú no debes buscarlo a él. Cuando tengas los papeles del traspaso de tus bienes me los guardas a mí, los firmaremos en la noche... --la voz de Octavio suena muy exaltada-- luego cuando Álex sea el dueño de esta casa, de la empresa... de todo, no se podrá negar y entonces ya el mar no me podrá encontrar...
Marcos siente que su corazón va a estallar:
--¿entonces estaremos siempre juntos y seremos felices?
--si claro --dice Octavio con una ironía de la que Marcos no se da cuenta...
Octavio no quiere seguir hablando, acaricia durante un largo rato a Marcos.
--me gustaría hablar contigo...
Octavio lo calla con un beso.

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